4 de octubre de 2024

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Un nuevo puente de vidrio en China rompe récords (y van…)

A China le encantan los puentes de vidrio. De hecho hay unas 2.000 estructuras transparentes en su inmenso territorio. Y ahora un nuevo puente rompe el récord del paso acristalado más largo del mundo.

Ubicado en la zona de las Tres Gargantas de Huangchuan, en Lianzhou, al sur del país, el puente se extiende por 526,14 metros uniendo dos márgenes de un desfiladero, y se eleva a 100 metros de altura.

Nuevo récord

Con esta medida supera al puente que ostentaba el récord, el del valle de Hongya, en la provincia de Hubei, en el centro de China, que tiene 488 metros, y que fue abierto en el 2007.

En la inauguración de la nueva infraestructura, los técnicos del Libro Guinness de los Récords estuvieron presentes para confirmar su ingreso en el famoso registro.

Hasta pueden pasar coches

El de Huangchuan, a diferencia de los otros puentes que sortean valles y cañones, es tan ancho que permite el tránsito de vehículos.

Su estructura se compone de tres placas de vidrio de 4,5 centímetros, que sumadas dan una transparencia del 99,15%, con lo que el vértigo es más auténtico que nunca.

Cada uno de estos paneles pesa 4,7 toneladas, una solidez que permite que el puente pueda sostener a 2.600 personas al mismo tiempo.

Para contemplar el paisaje con calma a lo largo de su tendido hay cuatro miradores, que en total tienen una capacidad de 500 personas simultáneas.

Un reclamo turístico y publicitario

El puente, que tuvo un costo de 36,6 millones, rápidamente se convirtió en un reclamo publicitario. El fabricante de coches chino GAC fue invitado a la inauguración, en donde presentó a su nuevo SUV llamado Trumpchi GS8 en medio de la belleza del paisaje de las serranías del sur del país.

Otra idea que barajan las autoridades locales en convertir al puente de Huangchuan en una pasarela para desfiles de moda.

Más vértigo que nunca

Y por supuesto, la infraestructura será un reclamo turístico de primera línea, donde se baraja organizar saltos en puenting o lanzarse en tirolesas a los márgenes del desfiladero.

Un detalle para atraer a los turistas que tienen pasión por el vértigo es que cuando se pisan las placas de vidrio producen un ruido como si se estuvieran resquebrajando. Aunque uno esté totalmente seguro a 100 metros de altura, el efecto es tan realista que hasta los más valientes se asustan.