Envianos fotos, videos
o consultas:
3496522594

Revelan más datos del crimen del peluquero José Cejas en barrio Constituyentes

“José no era de meter a cualquiera en su casa”. La frase resuena, cortante, mientras su amiga—una voz que eligió hablar por primera vez—intenta recomponer el rompecabezas que dejó el brutal asesinato de José Ricardo Cejas (59), el reconocido coiffeur santafesino hallado sin vida el último domingo de abril, en su casa y peluquería de calle Francia al 3400, barrio Constituyentes.

“No era una persona oscura como algunos intentan insinuar”, asegura la mujer.

“No era una persona oscura como algunos intentan insinuar”, asegura la mujer.


El testimonio, crudo, detalla una escena desgarradora: el cuerpo de José fue hallado con múltiples signos de violencia (tenía golpes y más de 15 puñaladas) por un amigo cercano, en un entorno donde vivía y trabajaba. Aunque hay una persona detenida, las piezas no encajan del todo, y el entorno más íntimo del estilista comienza a expresar sus dudas.

“Él era muy cuidadoso, no dejaba entrar a cualquiera”

La mujer que accedió a hablar con El Litoral conoció a José en 2019, poco antes de la pandemia. Primero fue su clienta; después, una amiga incondicional. “Me brindó contención cuando más lo necesitaba”, recuerda. “Era generoso en todos los sentidos, solidario, creyente. Incluso hizo carrera, se ordenó como sacerdote en la provincia de Córdoba y luego dejó los votos. Viajaba todos los meses a ver al padre Ignacio. No era una persona oscura como algunos intentan insinuar”.

“El era muy discreto con su vida sentimental”, detalló la amiga.

“Era muy discreto con su vida sentimental”, detalló la amiga.


Describe a José como un hombre reservado, meticuloso, profundamente discreto con su vida sentimental. “Lo que hacía en su vida íntima quedaba de la puerta para adentro. Afuera era respetuoso, ubicado, alguien a quien podías presentar en cualquier lugar. Una persona culta, que ayudaba a hogares, que vivía su fe”.

La noche anterior

El sábado antes del crimen, la amiga pasó por la peluquería. “Le pregunté si quería cenar, pero me dijo que ya tenía planes con D. y A., una pareja amiga. Iban a comer sushi en su casa, como solíamos hacer”

.José durante una salida con amigos.

José durante una salida con amigos.


El domingo, algo empezó a preocuparla. “No me escribió en todo el día. A las 8 de la noche ya me parecía rarísimo. Él era muy organizado. Siempre me contactaba temprano para arreglar lo que fuera”.

Consultó su última conexión de WhatsApp: 00:19 del domingo. Desde entonces, silencio. Lo llamó, revisó sus redes. Nada. Alarmada, contactó a D., quien se ofreció a ir a la casa de José. Cuando llegó, la puerta no estaba forzada. Estaba cerrada, pero sin llave. Entró y se encontró con la escena: una masacre. Poco después, llegó la policía.

¿Quién era el hombre que entró esa noche?

Las cámaras de seguridad mostraron a una persona desconocida que charló unos minutos con José en la puerta. Se fumó un cigarrillo y luego ingresó. Dos horas después, salió con ropa distinta. Se había cambiado. En una bolsa negra llevaba las prendas ensangrentadas del estilista, que fueron encontradas en un cesto de basura por calle Francia, a pocos metros del lugar.

Fotos: Gentileza

Fotos: Gentileza


“El tipo entra con una ropa, y sale con la de mi amigo. ¿Quién haría eso si no lo conociera? No era un trapito del barrio. Los conocemos a todos. Y José no dejaba pasar a cualquiera, ni siquiera a los que recién empezaba a tratar. Ni al sector de vivienda los hacía pasar. Él vivía con mucha reserva”.

La amiga asegura que no le cierra la hipótesis de que el detenido—una persona en situación de calle—sea el autor del crimen. “Una persona así se lleva cosas. Había objetos de valor, una laptop tirada en el suelo. No se llevaron nada. ¿Entrás, matás con saña y te vas sin robar? Eso no es un robo, es otra cosa… lo mataron con ira”.

Una vida discreta y vínculos en disputa

El pasado sentimental de José también se mantiene al margen de cualquier escándalo. “Estuvo casado con Arley, un hombre que ahora vive en Estados Unidos. Después tuvo otros vínculos, pero mantenía buena relación con sus exparejas. Nunca salía a bailar, conocía gente por apps, pero era muy cuidadoso. Incluso me pedía que lo acompañara cuando conocía a alguien por primera vez”.

A todo esto, la entrevistada desliza un dato no menor: José tenía un conflicto judicial por la propiedad de la peluquería. “El local estaba en litigio con un familiar. Incluso le había pagado 20 mil dólares por su parte, pero nunca se terminó de resolver. También le mencioné eso al fiscal”.

Queremos justicia

En otra parte, la amiga señaló que a medida que se conocen más detalles, más preguntas me surgen. ¿Por qué alguien en situación de calle cometería un crimen tan brutal, sin llevarse nada? ¿Quién era realmente la persona que entró con confianza esa noche? ¿Qué rol juegan los conflictos judiciales no resueltos?

Mientras la investigación avanza y la comunidad sigue conmocionada, una certeza se impone: “José no merecía morir así”. Su entorno pide justicia, pero también claridad. “Necesitamos saber quién fue”, concluyó la amiga que hoy rompió el silencio.

Fuente: El Litoral