Es una gran mentira ese slogan del “pueblo no se equivoca”, el “pueblo, sí, es el único que tiene derecho a equivocarse porque es el que paga las consecuencias” en un país que jamás se hace cargo de sus “errores”, responsabilizando a terceros (milicos-políticos-sindicalistas-populismos ,etc) como sí estos surgieran de sorpresa por debajo de la tierra.

Son elecciones de medio término, casi desapercibidas por la “gente”, una campaña plagada de golpes bajos, mentiras y mediocridad. Sin debates atractivos, sin propuestas, mucho de sentimentalismo, odios y slogans baratos.

La híper información genera desinformación y es así que en las Paso se vivieron situaciones insólitas, gente buscando candidatos de otros distritos, confundiendo boletas, largas y enojosas colas y una gran deserción electoral.

Ganar una elección otorga derechos, mayorías circunstanciales, pero también la obligación de la prudencia en el respeto a lo que se está votando.

Lo que no siempre da ganar una elección es la razón, sino sería insólito que faltando horas para el domingo electoral Carolina Losada, una ignota periodista radicada en Buenos Aires hace 20 años, que ni siquiera se pudo votar a sí misma por tener el domicilio en otro distrito, se perfile como ganadora.

Una mujer que basó la campaña en el odio hacia la ex presidenta, que desconoce el territorio y confunde ciudades, qué virtudes esboza para un voto positivo.

En realidad, la mayoría de los candidatos MIENTEN, no están pensando en legislar mejor, sino tan sólo y en forma miserable, en cómo posicionarse para el 2023.

Y es así que perdimos otra oportunidad, ¿qué hará el Congreso con leyes que hacen a la salud de la República, la transparencia y la seguridad?

Nada se ha debatido en torno a la necesidad de actualizar la ley de entidades financieras, que viene del año 1976, la ley de fueros para legisladores, la ley de financiamiento electoral, la ley de reforma judicial.

De cómo y por qué las grandes multinacionales, corporaciones locales, paguen menos impuestos que los pobres o quienes apuestan a la producción, que la renta financiera esté liberada, que 4 empresas dominen el mercado de precios de alimentos...

Insisto en dos conceptos: el próximo domingo hay que hacerse responsable de a quién y por qué votamos, y que ganar (sea quién sea) NO SIEMPRE DA LA RAZÓN.