El ex presidente uruguayo (2010-2015) murió hoy. Austeridad y progresismo definieron su liderazgo, que se extendió a toda América Latina.
Líder fuera de lo común, figura icónica dela izquierda latinoamericana, José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay (2010-2015), murió hoy a los 89 años dobiegado por el cáncer.
Mujica, quien fue conocido por su vida austera, su pasado guerrillero y su filosofía humanista, transformó la política uruguaya desde su humilde chacra en las afueras de Montevideo.
Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo.
— Yamandú Orsi (@OrsiYamandu) May 13, 2025
Tuvo un estilo sencillo y discursos que resonaron globalmente, con lo cual se ganó el apodo del “presidente más humilde del mundo”.
De la guerrilla a la presidencia
José Alberto Mujica Cordano nació el 20 de mayo de 1935 en el barrio Paso de la Arena, Montevideo, hijo de Demetrio Mujica Terra, de ascendencia vasca, y Lucy Cordano, de origen italiano.

Su infancia estuvo marcada por la quiebra de su padre y el trabajo familiar en la floricultura, que moldearon su conexión con la tierra.
Mujica abandonó los estudios de Derecho para dedicarse al ciclismo y la política, influenciado por su tío materno, Ángel Cordano, y el diputado nacionalista Enrique Erro.
En los años 50, militó en el Partido Nacional, pero su ideología viró hacia la izquierda.
En 1962, junto a Erro, fundó la Unión Popular con el Partido Socialista, que obtuvo solo un 2,3% en las elecciones. Inspirado por la Revolución Cubana, se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) en 1964, participando en operativos guerrilleros como la toma de Pando (1969).
Herido de seis balazos en 1970, fue capturado y pasó 14 años preso bajo la dictadura militar (1973-1985), que le hizo soportar torturas y aislamiento.
Liberado en 1985 tras la amnistía, cofundó el Movimiento de Participación Popular (MPP) dentro del Frente Amplio, coalición de izquierda.
Mujica fue diputado (1994), senador (1999) y ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (2005-2008) bajo Tabaré Vázquez.
En 2009, con el 54,63% de los votos ganó la presidencia, que asumió el 1 de marzo de 2010.
Luego de mandato, volvió al Senado, pero renunció en 2020 por la pandemia y su salud, dedicándose a la militancia popular.

En abril de 2024, anunció un diagnóstico de cáncer de esófago, y en enero de 2025 reveló que el cáncer se había extendido, optando por no continuar tratamientos.
Perfil político
Austeridad y progresismo
Mujica encarnó un liderazgo atípico, definido por su rechazo al consumismo y su compromiso con la justicia social.
Donaba el 90% de su salario presidencial (12.000 dólares) a organizaciones benéficas, vivía en su chacra y conducía un Volkswagen Escarabajo de 1987, lo que le valió el título de “presidente filósofo” por Times Higher Education.
Su pensamiento, influenciado por el marxismo, el anarquismo y la socialdemocracia uruguaya, criticaba el capitalismo materialista y abogaba por la felicidad en la simplicidad.
Su gobierno (2010-2015) continuó las políticas del Frente Amplio, reduciendo la pobreza del 18% al 9,7% y el desempleo al 7%, mientras aumentaba el gasto social del 60,9% al 75,5%.
Introdujo reformas pioneras: legalización del matrimonio homosexual, despenalización del aborto y regulación del mercado de cannabis (2013), una medida única para combatir el narcotráfico.
En política exterior, promovió la integración latinoamericana, apoyó el proceso de paz en Colombia y acogió refugiados sirios y exreclusos de Guantánamo por razones humanitarias.
Mujica mantuvo un enfoque pragmático, alejándose del radicalismo bolivariano, pero defendiendo la autodeterminación de los pueblos.
Su estilo coloquial, a veces polémico, generó críticas, como cuando llamó “patoteros” a Néstor y Cristina Kirchner, aunque luego matizó sus declaraciones.
Su renuncia al Senado en 2020 por su edad y salud, marcó el fin de su carrera electoral, pero no de su influencia, como se vio en el apoyo a Yamandú Orsi, presidente electo en 2024.
Vínculos con líderes latinoamericanos
Mujica cultivó relaciones estratégicas con líderes de izquierda y progresistas de América Latina, lo que lo consolidó como un referente de la “marea rosa” de los 2000. Sus vínculos más destacados incluyen:
Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil)
Mujica admiraba a Lula, a quien consideraba un “ejemplo a seguir” por su liderazgo pragmático y políticas sociales. En 2012, visitó a Lula en Brasil, y en 2025, Lula lo condecoró con el Gran Collar de la Orden Nacional de Cruzeiro do Sul, destacando su compromiso con la unidad latinoamericana.
Néstor y Cristina Fernández de Kirchner (Argentina)
La relación con los Kirchner fue compleja. Mujica resolvió el conflicto por la papelera de Botnia tras el fallo de la Corte Internacional de Justicia, pero expresó frustración por los bloqueos argentinos en el puente Fray Bentos-Gualeguaychú. Fue entonces que criticó a Néstor Kirchner por no mediar. A pesar de roces, asistió a la asunción de Cristina en 2011 y mantuvo lazos diplomáticos.
Hugo Chávez (Venezuela)
Aunque mantuvo relaciones cordiales con Chávez, presente en su asunción en 2010, Mujica se distanció del socialismo bolivariano, prefiriendo modelos más moderados. Participó en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Caracas (2011), pero evitó alinearse ideológicamente.
Rafael Correa (Ecuador) y Evo Morales (Bolivia)
Mujica compartió con Correa y Morales una visión de integración regional, asistiendo a cumbres de Unasur y Mercosur. En 2025, Luis Arce, presidente boliviano, expresó solidaridad tras el agravamiento de su salud, elogiando su legado.
Gustavo Petro (Colombia)
Petro, quien condecoró a Mujica con la Cruz de Boyacá en 2024, lo describió como un “hermano” y abogó por su sueño de unidad latinoamericana. Mujica apoyó el proceso de paz colombiano, un tema recurrente en sus encuentros con líderes regionales.
Mujica también mantuvo buenas relaciones con otros mandatarios, como Álvaro Uribe, Fernando Lugo y Álvaro Colom, presentes en su asunción, y con Barack Obama, con quien colaboró en la recepción de exreclusos de Guantánamo. Su carisma y moderación lo convirtieron en un puente entre la izquierda radical y los gobiernos más pragmáticos, promoviendo el diálogo en Mercosur y Unasur.
Sus frases más recordadas
“No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”,
Pronunciada en una entrevista con BBC Mundo en 2012, esta frase refleja la austeridad de Mujica, quien vivía en una chacra sencilla y donaba el 90% de su salario presidencial, rechazando el materialismo para priorizar la libertad personal.
“La felicidad es cuando lo que piensas, lo que dices y lo que haces están en armonía”.
Extraída de un discurso en la ONU en 2013, esta cita subraya su creencia en la coherencia como base de una vida plena, un principio que guió su liderazgo pragmático y su conexión con el pueblo.
“Si tuviera muchas cosas, tendría que ocuparme de ellas. La verdadera libertad está en consumir poco”.
En una entrevista con El País en 2014, esta frase critica el consumismo y defiende la simplicidad, un mensaje que resonó globalmente y consolidó su imagen como “el presidente más humilde del mundo”.
“No hay que vivir para trabajar, hay que trabajar para vivir».
Expresada en un disCurso en Montevideo en 2015, esta idea refleja su visión del trabajo como un medio para la dignidad humana, no como un fin que esclaviza, alineándose con su defensa de políticas sociales.
“El poder no cambia a las personas, solo revela quiénes son realmente”.
Citada en un evento del Frente Amplio en 2019, esta reflexión destila su experiencia como líder y su escepticismo hacia el poder, aprendido tras años de lucha guerrillera, prisión y presidencia.
Gentileza Cadena3