Cuando les llega el turno para ir a inocularse, lo celebran con más alegría que un gol de su equipo favorito. No es que hacen piruetas para las cámaras, pero los ojos se les iluminan y le queman las cabezas a sus hijos, sus nietos, sus sobrinos, para que no se demoren un minuto en llevarlos la vacunatorio.

Y no solo eso, aunque cueste creerlo, se visten como si fueran a misa el domingo o al baile el sábado a la noche, de punta en blanco y le piden, al que tengan más cerca que les saque una foto con el celular, para presumir con sus amigas, inclusive en las redes sociales, de que ya recibieron la dosis milagrosa.

Y los festejos son efusivos e inesperados, como el de Elena Pisani, de 100 años, a quien este martes le aplicaron la primera dosis de la Sputnik V en el Centro de Convenciones Brigadier General Juan Bautista Bustos en la ciudad de Córdoba, y lo celebró brindando con la bebida más popular en su provincia: el Fernet con Coca.

Su felicidad, tal como contó al medio cordobés El Doce, se debía, entre otras cosas, a que sentía que tenía la revancha, ya que ni pudo festejar que había cumplido los 100 años por culpa de la pandemia de coronavirus y las restricciones para realizar reuniones afectivas.

Elena tiene tres hijos, siete nietos, catorce bisnietos y seis tataranietos y espera, gracias a la vacuna contra el Covid, poder festejar sus 101 años en su compañía. “Ahora me voy a tomar un fernet y con Coca”, confesó después de vacunarse ante las cámaras de televisión.

“Si estuviera cerca te invitaría, pero estoy lejos”, bromeó Elena en la entrevista con El Doce, y contó que toma Fernet desde su más tierna edad y que siempre lo hizo con fines digestivos. No obstante, aclaró, pícara, que la bebida ha sido “clave” para que viviera tantos años y tan bien.