19 de abril de 2024

Santa Fe 24 Horas

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Libros por delivery, una estrategia en tiempo de pandemia

Cuando ya pasaron más de cien días de cuarentena y en muchos lugares del país se regresó a una modalidad estricta de aislamiento, los libreros atienden el teléfono, reciben mails y mensajes en las redes sociales con pedidos. Así, el delivery se ha convertido en el “caballito de batalla” de las librerías para sostener su negocio y abastecer lectores.

En Santos Lugares, partido de Tres de Febrero, Martin Libros lleva treinta años. “Hicimos en su momento un gran ahorro y pudimos comprar el local. Quizás necesitaríamos más gente, pero son tiempos duros”, cuenta Leandro Martin. “Desde que se habilitó el delivery hace ya casi dos meses, trabajamos vía WhatsApp y redes sociales y nos movemos bastante. Tenemos un auto económico y eso nos permite ir hasta Devoto, Loma Hermosa, toda esa franja. Todos los días tenemos nuestros veintipico de pedidos, que para una librería de barrio está bueno”.

Las librerías son un eslabón de la larga cadena que es la industria editorial. Antes vienen los escritores, por supuesto, pero también las editoriales y distribuidoras que son las que proveen el producto. “Vivimos comprando para estar abastecidos, porque uno de los grandes problemas es que las editoriales y distribuidores se ven afectados. Pero bueno, el tema es reinventarse, usar un poco la cabeza y salir adelante. De nada sirve estar llorando. Hay que mantener una familia. Nos gustaría estar mejor, pero bueno, hay gente que la está pasando muy mal; hay que ser solidarios”, comenta Martin, optimista, agradecido.

En la Ciudad de Buenos Aires hay mucha más oferta, aunque quizás pocas librerías tengan tantos libros y hagan entregas tan rápidas como Eterna Cadencia, que se ubica en Palermo, una zona llena de oficinas y ahora es un desierto. Pablo Braun, su dueño, cuenta: “Seguimos con el delivery y laburando bastante, por suerte. Con todas las complicaciones, ahora se suma que no puede viajar la gente, pero bueno, estamos llevándola como se puede, y estamos contentos del privilegio que tenemos como rubro de poder operar. Estamos vendiendo por Mercado Libre, por WhatsApp, por mail. Hay que seguir adelante”.

En cuanto a cómo se modificaron las ventas con la cuarentena, Florencia Esteva de La pieza libros y arte de San Isidro cuenta que venden a “lectores que te llaman y te piden tres o cuatros libros para abastecerse. Piden recomendación y se entregan a lo que les sugerís. En general funciona muy bien porque si ese lector queda contento es un cliente fiel. En eso, es una buena oportunidad para las librerías, porque normalmente hay una venta más de goteo, aunque de todos modos la venta es muchísimo menor”, dice y agrega: “Hacer delivery, verle la cara al cliente lector, es una experiencia linda. Habrá que hacer números después y ver cómo resulta”, concluyó en tono optimista.