Sin cierres masivos, sí se da una baja de persianas por goteo producto de la caída del consumo. Cambio de manos, reordenamientos, achiques y mudanzas en la era de la apertura económica.
La recesión económica empieza a sentirse de a poco en el comercio de Santa Fe, y están apareciendo nuevamente en calles principales del centro los locales vacíos. La caída de ventas se suma a los altos costos fijos, como alquileres y tarifas, y para muchos eso significa bajar la persiana. Entre ellos, hay varios con carteles en la vidriera que avisan a los clientes su mudanza a otra dirección.

Es que ante esta merma del consumo, algunos comerciantes están cerrando o se están achicando, yéndose a lugares más chicos o menos concurridos, o pasando al formato de venta digital. El fenómeno impacta también en las arcas municipales, ya que la caída de la facturación redunda en una menor percepción de tributos.
«Hay una caída del consumo. Por ende, baja la actividad económica, y la facturación se desploma. Los costos fijos te siguen comiendo y no hay posibilidad de recuperar, porque si trasladás el valor de la alquiler al precio del producto comercializado, volvés a acentuar la caída de venta», ilustró Ariel D’Orazio, de la Concejalía Popular, una ONG de defensa de los derechos de los que alquilan.

El referente comentó que los alquileres comerciales «siguen aumentando», porque en las renovaciones contractuales «algunos propietarios siguen exigiendo aumento cuando hoy por hoy no hay posibilidad de abarcarlo». Por eso, si no hay un pacto a la baja, consideró que a muchos inquilinos se les tornará imposible el gasto fijo. «A esto se suma el aumento en las tarifas, que hacen un combo determinante. Es prácticamente un certificado de defunción para muchos pequeños comercios», pronosticó.
Ante esta situación, aparecen diferentes salidas. «Esto genera que muchos cierren, que se trasladen a zonas de menores recursos, que se achiquen o que busquen alternativas que no sea tener un local físico, que genera un gasto importante. Por eso hay reconversiones a directamente trabajar con e-commerce y poner en todo caso un showroom, mucho más económico», relató.

Así, para el comerciante el futuro inmediato no es optimista: locales vacíos, ventas en negro, titulares ofreciendo su fondo de comercio, achicando personal, cerrando. No solo en el centro, sino también en los barrios. «El gobierno no tiene un plan económico sustentable, sin mirada hacia el mercado interno, que no le interesa, y sin política de contención. Lo que se viene es una economía del sálvese quien pueda”, cerró.