El pasado 16 de febrero entro en erupción el volcán Etna, ubicado en la isla italiana de Sicilia. A partir de esa fecha las erupciones siguieron incontable cantidad de veces, cubriendo de cenizas a varias ciudades cercanas entre ellas: Sant’Alfio, Giarre, Linguaglossa y Mascali, denominadas como ‘zonas negras’.

El volcán Etna mide 3.324 metros y se encuentra entre los volcanes activos más altos de Europa. Además, ha entrado en erupción con frecuencia en los últimos 500.000 años, expulsando grandes columnas de lava y humo que ha afectado a miles de habitantes.

En esta oportunidad, la lluvia de ceniza y material piroclástico causó graves problemas y retenciones en las principales autopistas, así como también se recomendó a la población no salir de casa a menos que sea estrictamente necesario.

Cabe destacar que, tras un encuentro con Protección Civil, quienes se encuentran supervisando y evaluando la zona para determinar la situación actual, el gobernador de Sicilia, Nello Musumeci, decidió declarar estado de crisis regional y elevar un pedido de ayuda al Gobierno central de Italia.

Si bien las autoridades italianas tuvieron que cerrar el pasado 16 de febrero el aeropuerto de Catania por los problemas de visibilidad derivados de la nueva erupción del Etna, esta vez la emergencia no ha afectado a la ciudad ni a su aeropuerto, debido a que el viento ha empujado la nube de humo hacia la zona oriental, y no hacia el sur.