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Guerra de familias en Alto Verde: le quemaron la casa y quedó en la calle con sus hijas

Desde hace varios días distintos hechos de extrema violencia sacuden al distrito costero de Alto Verde, más precisamente en la Manzana 6, donde la rivalidad entre dos clanes familiares terminó con personas heridas, amenazas, agresiones con armas de fuego y blanca, y la destrucción total de una vivienda, incendiada intencionalmente.

La víctima de esta escalada es Milagros Sánchez, una joven madre que vive junto a sus dos hijas menores, de 11 años y 1 año. Ella asegura que desde el pasado jueves 12 de junio, vive una pesadilla marcada por la violencia sistemática de un grupo que, según sus palabras, «vende droga y se maneja con total impunidad».

Amenaza macabra

Todo comenzó un jueves por la mañana, cuando Milagros fue despertada por disparos frente a su casa. Al salir, vio al señor Luis Lucero con un arma de fuego en una mano y piedras en la otra, gritándole que debía irse y que iba a matarla.

«Le dije que estaba con mis dos hijas. Me contestó que no le importaba. Llamé al 911 y a mi hermano. Cuando llegó mi hermano, también apareció la madre de Luis, que me amenazó diciendo que sabían que mi expareja estaba en mi casa y que tenían armas, que me iban a matar», relató la mujer, aún conmocionada.

Destrozos e incendio

El acoso no terminó ahí. Pese a las denuncias, los ataques continuaron durante varios días. Mientras hacía la primera denuncia en la comisaría, le avisaron que habían entrado a su casa a romper todo. Al día siguiente, siguieron los destrozos. El sábado, le prendieron fuego la vivienda.

«El domingo me sacaron la puerta, y el lunes me sacaron todo el techo. Me quedé sin nada. Ni muebles, ni ropa, nada. Solo con mis nenas y lo que pudimos llevar. Ya no tengo casa, solo un terreno vacío», relató con desesperación.

Graves acusaciones

Milagros también denunció una grave falta de respuesta policial, en especial por parte del personal de la comisaría 24ª, a cargo de la jurisdicción. «Fui a denunciar todo y no me dieron ni el papel de que había hecho la denuncia. Me decían que hasta que no aparezca el agresor de Luis, no iban a hacer nada. Parecía que me obligaban a hacer su trabajo», contó.

En uno de los pasajes más preocupantes, mencionó que vio cómo uno de los involucrados recuperaba su moto dentro de la comisaría mientras ella declaraba, y luego se iba libremente, a pesar de estar señalado por participar en los destrozos.

Miedo en el barrio

Los ataques se extendieron incluso a su entorno familiar. «Mis exsuegros fueron a limpiar lo que quedaba del terreno. A ella le pegaron con un rebenque, a él le dieron tres puñaladas en la espalda. Nadie hace nada», denunció Milagros.

Por Danilo Chiapello / gentileza El Litoral