Fórmula 1: otro récord para Lewis Hamilton y la conexión con Michael Schumacher
La contratación de Lewis Hamilton para sustituir a Michael Schumacher para la temporada 2013 resultó el primer episodio de una saga que reescribe la historia de la Fórmula 1. Un movimiento que rompió el molde y que ni la mente más iluminada de Mercedes se hubiera atrevido a imaginar.
Con la escudería de Brackley, el británico arrasa con las marcas que estableció el alemán, estadísticas que asomaban imposible de quebrar. El número de 91 victorias, un sello que el Káiser impuso en el Gran Premio de China 2006 -medio centenar más que las que logró Ayrton Senna y 40 más que las que celebró Alain Prost-, una cifra impactante que ahora es compartida y que el piloto de Stevenage intentará pulverizar en el actual curso, al que le restan seis carreras. Desde la próxima cita, en Portugal -el 25 de octubre- y hasta el final, además de sumar más triunfos que nadie, Hamilton proyectará ceñirse la séptima corona, otro registro que gravó Schumacher.
Como si se tratara de una cadena, Schumacher fue el eslabón siguiente de Senna y Hamilton llegó al Gran Circo para engarzarse al alemán. El paulista marcó de algún modo la trayectoria del germano y del británico: para Michael fue un referente, al comienzo, y más tarde un rival; para Lewis fue su ídolo y lo siguió siendo cuando el brasileño murió en el espectacular accidente de Imola, en 1994. Aquel trágico 1° de mayo participó de una fecha de karting y lloró detrás de un camión, alejado de la vista de su padre Anthony. Siempre se sonroja si se lo compara con Ayrton, del que tiene una réplica del mítico casco amarillo y un retrato gigante entre sus tesoros más preciados, dentro de su colección de trofeos.
Cuando en 1992 el alemán se trepó por primera vez a lo más alto del podio, en el Gran Premio de Bélgica, el británico, con nueve años, se esforzaba por ser el mejor de la clase y en juntar el presupuesto para deslumbrar en los karts. Por entonces, ya ganaba carreras, campeonatos regionales y nacionales, aunque faltaban tres años para la noche que modificaría su status: en la gala de los campeones, en el hotel JW Marriott Grosvenor House, de Londres, y cuando el foco estaba en el bicampeonato que había firmado Schumacher en la F.1, Hamilton abordó a Ron Dennis, el hombre que manejaba con maestría los destinos de McLaren y quien le firmó una servilleta a manera de contrato, con una advertencia: "Ven a verme dentro de nueve años". Apenas transcurrieron tres temporadas de ese encuentro y Lewis pasó a ser parte del equipo de Woking, que corrió con los gastos de ese pequeño talento.
Schumacher no era parte de la grilla cuando Hamilton hizo su estreno en la F.1, en el GP de Australia 2007. El alemán terminaba de cerrar su exitoso ciclo con Ferrari, de 11 temporadas y cinco coronas, y ensayaba el primer retiro del Gran Circo. Para cuando regresó, en 2010, el británico ya tenía su primer título -en 2008, lo que le valió proclamarse como el campeón más joven de la historia, un récord que le quitó Sebastian Vettel dos años más tarde- y 11 victorias. Nunca compartieron un podio, porque Schumacher solo hizo uno en los tres años en Mercedes -GP de Europa 2012, en Valencia-, carrera en la que Hamilton abandonó por un accidente.
La salida del Káiser le dio la butaca a Hamilton, que entonces inició la secuencia demoledora de victorias y títulos. El británico arribó con 21 triunfos desde McLaren y aunque en su primer año en Mercedes apenas logró imponerse en el Gran Premio de Hungría -su preferido, ganó en ocho oportunidades-, en la siguiente temporada dio comienzo al ciclo más exitoso de la historia de la F.1: las Flechas de Plata enlazaron un séxtuple campeonato de Constructores y con cinco sellos de Hamilton y uno de Nico Rosberg arrasaron en los mundiales de pilotos.
En 2015, Hamilton emparejó los tres campeonatos de Senna; en 2017, los cuatro de Prost y de Vettel; al año siguiente, los cinco de Juan Manuel Fangio y en la temporada pasada marcó la séxtuple corona. Pero en el recorrido también derribó otras marcas que eran propiedad de Schumacher: en el Gran Premio de Italia 2017 superó las 68 poles -con la de Sochi suma 96-; en el GP de España de este calendario batió los 155 podios (160) y en el GP de Bélgica 2020 pasó a liderar el rubro de piloto con más kilómetros como puntero, ahora la marca es de 24.797 contra los 24.148 del Káiser. Entre las estadísticas más salientes que posiblemente no llegue a romper está la de las vueltas rápidas, donde el alemán impuso 77 y el británico acumula 51.
Quince años -248 Grandes Premios- demoró Schumacher para establecer las 91 victorias, siempre firmando al menos un triunfo por temporada; 261 GP's en 14 temporadas y ganando, desde 2007 como mínimo en una oportunidad, lo que tardó Hamilton. El alemán extrajo lo mejor de Ferrari para dominar a su antojo en la F.1 y el británico cuenta con la tecnología y el poderío de Mercedes, que avasalla en la era híbrida para inflar sus marcas.
Hamilton, la elección de Mercedes para reemplazar a Schumacher, el piloto que quiere atrapar todas las marcas y ser único en la historia de la F.1.
182 wins between two of the undisputed greatest F1 drivers of all time 🤝@LewisHamilton and Michael @schumacher: 9️⃣1️⃣ wins apiece #EifelGP 🇩🇪 #F1 pic.twitter.com/vfcD3fsugP
— Formula 1 (@F1) October 11, 2020