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Es santafesino y creó una app que organiza las promociones que ofrecen los shoppings

En un país donde los descuentos cambian todos los días —días de banco, billeteras, topes, cuotas, reintegros—, ahorrar se volvió casi un trabajo para expertos. En ese desorden nació Clash, una app rosarina creada para hacer simple lo que hoy es confuso: entender cuándo y dónde conviene comprar. Y ahora, el proyecto acaba de dar un salto grande: con una inversión de u$s300.000, desembarca en los shoppings de Buenos Aires y suma sus primeros vínculos con Del Parque Outlet (CABA) y Plaza Canning (provincia de Buenos Aires).

Clash, que está disponible en iOS y Android, surgió en 2020 como un proyecto interno dentro de Rosental Inversiones, grupo con sede en Rosario y negocios en sectores tan diversos como el agro, la construcción, la hotelería, la tecnología y las finanzas. Su CEO y cofundador, Mauro Mossuz, recuerda que la idea original no tenía nada que ver con lo que es hoy. «Nacimos casi como una herejía dentro de la idea de crear una billetera digital», dice. «Cuando todos estaban enfocados en lanzar una nueva app de pagos, nosotros decidimos no competir ahí. Preferimos resolver el verdadero dolor de la gente: entender cuándo y dónde conviene comprar sin tener que abrir diez apps o revisar veinte sitios distintos. Pasamos de pensar en transacciones a pensar en decisiones».

Esa premisa terminó dando forma a un ecosistema que combina desarrollo tecnológico, producción de contenidos y presencia física en centros comerciales. No es una billetera, no es una cuponera, no es un agregador. Para Mossuz, la definición es sencilla: «Somos un organizador de beneficios». La app centraliza información que, hasta ahora, estaba dispersa en vidrieras, posteos sueltos, PDFs bancarios y publicaciones de redes sociales. La ordena, la compara y la devuelve en un formato simple y confiable. «Del lado del usuario, resolvemos el caos informativo con una interfaz clara y datos confiables. Del lado de los centros comerciales, ofrecemos algo que hoy no tienen: método, operación y medición para que las promociones de sus locatarios estén visibles, ordenadas y vivas. Eso se traduce en adopción», resume.

La adopción, efectivamente, llegó primero desde Rosario. Los shoppings Fisherton Plaza, La Favorita, Paso del Bosque, Puerto Plaza y Paso del Paraná fueron los que iniciaron una relación que, incluso antes de que Clash fuera conocida por el público masivo, ya mostraba tracción. Desde ahí, el crecimiento se aceleró: la app alcanzó los 75.000 usuarios activos y superó los 5 millones de visualizaciones orgánicas en redes sociales en apenas un mes, impulsada por contenidos comparativos de supermercados, combustibles y promociones bancarias. La audiencia empezó a expandirse más allá de la ciudad y el interés de los centros comerciales del AMBA no tardó en aparecer.

Un modelo gratuito que crece con los shoppings

Ese avance se materializó ahora con la llegada a Del Parque Outlet, en la Ciudad de Buenos Aires, y a Plaza Canning, en la provincia. Mossuz explica que los shoppings buscan exactamente aquello que Clash promete resolverles: organización, eficiencia y una comunicación profesional que no dependa de carteles impresos o publicaciones aisladas. «Muchos centros comerciales necesitan tecnología y operación, pero sin ceder datos estratégicos a su competencia ni embarcarse en desarrollos propios que son costosos de implementar y mantener. Construir algo es relativamente sencillo; sostenerlo e innovar sobre lo construido es lo difícil», apunta.

La app nació en Rosario y ahora desembarca en shoppings del AMBA con una inversión de u$s300.000

La expansión no se frena en Buenos Aires. El equipo de 13 personas trabaja en nuevas implementaciones en Córdoba y Mendoza, y mantiene conversaciones con más complejos del AMBA. La app reúne hoy más de 250 comercios activos y unas 60.000 promociones únicas vigentes. Los usuarios acceden desde un solo lugar a descuentos bancarios, beneficios de gastronomía, reintegros por fechas especiales y promociones de los shoppings durante fines de semana largos o eventos comerciales. Es un mapa vivo, alimentado por comercios, bancos, centros comerciales y la propia retroalimentación del público. «Cada promoción es un contenido», dice Mossuz. «Los usuarios lo consumen, lo comparten, lo critican. Muchos de nuestros posteos más virales nacieron de conversaciones reales con ellos».

El crecimiento, hasta ahora, se financia con el respaldo de Rosental. Clash eligió no monetizar todavía, ni a usuarios ni a comercios. Es una decisión estratégica. «Estamos construyendo confianza y hábito. Cobrar hoy sería como si Instagram les cobrara a los creadores por postear», explica. «Preferimos crecer en uso. El valor está en el volumen y en la calidad de la comunidad. Ese enfoque nos permite negociar modelos más sólidos con bancos y marcas, sin peajes al usuario ni fricciones para los shoppings».