Cuando la Coca Cola estuvo prohibida por años en Santa Fe

No es una utopía anti capitalista. Ocurrió de verdad y por una firme decisión del Estado provincial que, al menos en este asunto, le torció el brazo a la multinacional.
En enero de 1949, la bebida que hacía pocos años se comercializaba en Rosario y Santa Fe, fue prohibida en toda la provincia de Santa Fe. Tal prohibición persistió durante 12 años. ¿Por qué?
La gaseosa que cada vez ganaba más popularidad en Argentina se presentó en Rosario el 10 de octubre de 1947. En ese entonces, la recomendación para los consumidores era beberla bien helada. Se decía que no se la debía tomar a una temperatura mayor porque en ese caso haría mal al estómago.
La bebida más famosa se impuso rápido también aquí, y comenzó a ganar cada vez más consumidores. Hasta que, finalizando la década de 1940, desde el gobierno de la provincia de Santa Fe se prohibió su venta por un argumento contundente: la gaseosa no declaraba en su rótulo las concentraciones de cafeína que contenía (y contiene), cuyo consumo resulta perjudicial en niños o personas con patologías cardíacas. Por esa razón, el Estado no podía autorizar la comercialización de alimentos sin conocer qué contenían. Y no debe hacerlo ahora tampoco.
Esta prohibición se levantó recién en 1961, después de un fallo judicial que obligó a la empresa multinacional a incorporar esa información en sus rotulados en todo el territorio santafesino.
Esta historia puede ser un claro ejemplo sobre el rol del Estado en la regulación y el control de la calidad de los alimentos y la importancia de la ley de Etiquetados de Alimentos, que tiene como objetivo que los y las consumidores tengan información clara y precisa sobre los productos que consumen. Historia que da para pensar: ¿cuánto sabemos de lo que consumimos?
El hombre que impidió la venta de Coca Cola en Santa Fe durante 20 años
Jorge Mullor, el ideólogo del Código Bromatológico de Santa Fe fue el hombre que, en aras de la salud de la población, impidió el ingreso de la Coca Cola a Santa Fe durante más de 20 años.
Funcionario público a cargo de Bromatología de la provincia de Santa Fe, el Dr. Jorge Mullor levantó una barrera infranqueable para el ingreso de la multinacional Coca Cola.
Su planteo era sencillo: nadie tiene derecho a expender públicamente productos cuya composición ignora el Estado, y que por su contenido en cafeína y ácido fosfórico debería regularse su consumo en la niñez, entre otras cuestiones. Mullor fue docente e investigador de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL, además de Rector de esa casa de altos estudios.
El Dr. Jorge Mullor fue el ideólogo del Instituto Bromatológico de Santa Fe en 1939 (el ministro de salud era el Dr. Abelardo Irigoyen Freire) y quien redactó el Código Bromatológico, el primero a nivel provincial en el país, modelo para varios códigos bromatológicos provinciales. Su impronta tenía que ver con la búsqueda irrestricta de la salud de la comunidad, evitando los abusos de las empresas alimenticias, los fraudes y falsificaciones de alimentos, hasta ese momento prácticamente sin control, con intervención de municipios y comunas muy poco efectiva. El texto legal y normativo regulaba los aspectos relacionados con la elaboración, el almacenamiento y la venta de alimentos.
Durante la etapa del peronismo, Mullor tuvo fuertes cruces con el gobernador, hecho reconocido como uno de los detonantes centrales de la intervención federal a Santa Fe que acabó con la gobernación. Por entonces, había mucho respeto entre el Dr. Ramón Carrillo, el primer ministro de salud de la Argentina y el Dr. Jorge Mullor, lo que explicó que Mullor interviniera activamente en la redacción del primer Código Alimentario Argentino, en 1953.
Posteriormente Mullor fue cesanteado por la «Revolución Libertadora», por haber sido parte de la gestión justicialista, una ironía teniendo en cuenta la formación liberal-positivista de Mullor, fuertemente emparentado al movimiento reformista universitario de 1918.
Durante la etapa de Tessio, desde el Poder Legislativo se intentó, sin éxito, modificar el Código Bromatológico local para permitir el ingreso de Coca Cola. Recién un año después de la llegada del dictador Juan Carlos Onganía al poder, en 1967, Coca Cola pudo entrar a Santa Fe y Argentina, de la mano de su política extranjerizante. En esa etapa Onganía impulsó un Código Alimentario (unas reformas a éste) que desestimaron la defensa de la salubridad pública en beneficio de los intereses económicos de las grandes empresas y multinacionales, como Coca Cola.
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