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¿Cuáles son los mejores quesos untables para comprar en el supermercado y cuáles conviene evitar?

Existen tres categorías de distintas calidades.
Leer la etiqueta es clave para diferenciarlas.

En nuestras mesas, el queso untable es un clásico indiscutido. Desde el desayuno con tostadas y mermelada, hasta una tarta o una salsa para pasta, este producto es tan versátil como sabroso. Pero, frente a la góndola, ¿sabemos realmente qué estamos comprando? ¿Entendemos las diferencias entre las opciones disponibles?

Como con muchos otros alimentos, leer las etiquetas es fundamental. No es lo mismo un queso blanco que un queso crema, ni un queso procesado que uno «a base de». Cada uno tiene su propia composición y usos específicos en la cocina, y elegir el adecuado puede marcar la diferencia en tus recetas.

En esta nota, te contamos las principales diferencias entre los distintos tipos de quesos untables que encontrás en el supermercado. Una guía para hacer la mejor elección en tu próxima compra.

La diferencia entre los distintos tipos de quesos untables

Al recorrer las góndolas de supermercados, encontramos una amplia variedad de quesos envasados en potes que, a simple vista, parecen similares. Desde los potes pequeños de 200-250 gramos hasta los envases familiares de 350-480 gramos, estos productos tienen presentaciones similares pero contienen un abanico diverso de opciones.

Según explica Mariana Andrade, Técnica en Alimentos y Gerente Ejecutiva en Calidad y Producción en Quesos Juan Grande, «existen tres categorías principales: los quesos elaborados a partir de leche, los quesos procesados y los alimentos a base de leche y crema». La diferencia clave está en los ingredientes que componen cada tipo.

En los quesos elaborados a partir de leche, el ingrediente principal es la leche, que puede ser de vaca, cabra, búfala u oveja. «Desde el punto de vista de la tecnología de producción, la etapa de coagulación es fundamental. Aquí, la leche pasa de estado líquido a gel gracias a bacterias lácticas, coagulantes o una combinación de ambos», explica Andrade.

Este proceso, que da origen a variedades como el queso blanco, el petit suisse o el mascarpone, depende de la calidad de la leche. «La calidad de la leche cruda es fundamental y no puede mejorarse con ningún proceso industrial. La leche debe cumplir con estándares higiénico-sanitarios y bromatológicos muy altos para lograr quesos de calidad», comenta.

«Por ejemplo,un queso blanco ha de tener entre un 20 al 40% de materia grasa sobre el extracto seco mientras que un queso petit suisse ha de contener más del 40%. En el queso petit suisse de Juan Grande, el desuerado se realiza colgando la cuajada dentro de lienzos y esperando hasta que la humedad baje al punto deseado. Es una cuajada blanda y por esto se trata con mucha suavidad», explica.

«El punto final de desuerado lo define el elaborador quien tiene un entrenamiento sensorial intensivo en sucesivas producciones observando y aprendiendo como se ve el aspecto de la cuajada, su adherencia a la cuchara entre otras características que le permite decidir que está dentro del parámetro sensorial buscado», cierra.

El desuerado también es una etapa esencial en la elaboración de estos quesos. Además, las características del queso dependerán de factores como el tipo de leche y la alimentación del animal, lo que da matices de sabor y aroma únicos.

En cambio, los quesos procesados o fundidos se elaboran a partir de otros quesos. Estos productos, también conocidos como «reelaborados», se obtienen mediante la mezcla y fusión de diferentes quesos con la ayuda de emulsionantes y calor. Según Andrade, «este tipo de queso puede incluir una sola variedad o una combinación de quesos, y pueden tener condimentos o especias para añadirles un perfil de sabor especial».

Aunque en el envase muchas veces se les llama «queso untable», esto solo describe su textura, no su composición. La textura untable se mide por la facilidad de esparcirlo sobre una superficie, pero este término no asegura que el producto sea exclusivamente queso.

Por último, los alimentos a base de leche y crema representan una opción diferente. Estos productos se elaboran combinando leche, crema, agua y otros aditivos, como emulsionantes y almidones, para lograr una consistencia cremosa. «Este tipo de producto es menos cremoso y más ligero que los quesos elaborados a partir de leche pura. Son opciones accesibles que brindan versatilidad en la cocina, aunque no son quesos en su esencia», añade Andrade.

Para seleccionar el producto correcto, Andrade sugiere leer las etiquetas. El Código Alimentario Argentino establece que los ingredientes deben aparecer en orden de predominancia, lo que significa que los primeros ingredientes enlistados indican su mayor presencia en el producto. «Leer los dos o tres primeros ingredientes es la clave para saber si estamos comprando un queso elaborado a partir de leche o un alimento a base de leche y crema», concluye.

Para poder distinguir estas diferencias de una manera más gráfica, un posteo de la cuenta de Instagram @quienlofabrica desglosó la diferencia entre los quesos untables de supermercado con una foto que expone qué productos pertenecen a una y otra categoría.

En la publicación ubican en la categoría queso blanco a marcas como Tregar, Verónica, Casancrem (el de pote naranja), García y Festa. A su vez señalan como quesos crema a Blancrem de San Ignacio, Mendicrim original, Casancrem rojo, entre otros. Hasta aquí los productos más genuinos.

Entre los quesos procesados (los elaborados a partir de otros quesos y por tanto de menor calidad que los mencionados anteriormente) aparecen el Tholem, Finlandia clásico, Post Salut de Sancor, Patagonia de Tonadita y Cremón de La Serenísima.

Y por último tenemos la categoría de productos que la especialista afirma que no son quesos en su esencia:los quesos a base leche o crema. La publicación de Instagram menciona a marcas como Crematto de Milkaut, Ilolay Crem y Mendicrim bien cremoso.

Por Daniela Gutiérrez / Clarin