4 de junio de 2023

Santa Fe 24 Horas

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Condenaron a santafesino que mató a su pareja de la comunidad Qom

Este miércoles por fallo unánime, Rubén Lucio González, fue condenado a prisión perpetua por el martirio de su hija, Laura, y de su esposa, Norma Quiroga, a quien, además, estranguló y mató tras una salvaje violación en agosto del año pasado.

Los jueces Rodolfo Zvala, Ismael Manfrín y Nicolás Vico Gimena coincidieron en darle la pena máxima a González como había solicitado el fiscal Gastón Ávila, por considerarlo autor de privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida mediante amenazas y violencias y por haber causado un grave daño a la salud, abandono de persona agravado por el vínculo, abuso sexual con acceso carnal agravado por resultar un grave daño a la salud de la víctima y homicidio calificado por el vínculo de pareja y por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando contexto de violencia de género.

González mató a Quiroga el 28 de agosto de 2019, tras un abuso sexual vaginal perpetrado con un objeto que le generó severas lesiones. Fue el terrible desenlace de una historia igualmente terrible.

Norma y Laura pasaron las semanas previas privadas de su libertad y sometidas a la violencia de González. Provenientes de la comunidad Qom en Chaco, se habían instalado en la zona suroeste de la ciudad, en pasaje 1821 al 6200, lugar en el que ocurrieron los hechos llevados a juicio.

Según la acusación del fiscal Ávila, el ahora femicida condenado era agresivo desde los inicios de la relación, pero principalmente durante los últimos años: ejerció violencia de género en forma física, psicológica, sexual y económica contra Norma.

Y, desde principios de agosto de 2019 la mantuvo a ella y a su hija, secuestradas, con ventanas tapiadas y puertas trabadas para que no escaparan, amenazadas de muerte y hambreadas.

Ese mes de encierro le produjo a su hija Laura graves problemas de salud, a tal punto que por indicación de los profesionales que la atendieron, debió declarar en cámara Gesell, usualmente usada con niños, pese a tener más de 30 años.