Bebé de un año y medio cayó a una pelopincho y está internado en el Alassia

Un niño de 1 año y ocho meses permanece internado en el hospital de Niños Orlando Alassia tras sufrir un episodio de ahogamiento en su domicilio. El menor fue trasladado de urgencia al nosocomio de manera particular.
El hecho ocurrió en la zona de Roque Sáenz Peña y Corrientes, en una vivienda particular cuando el pequeño tras trepar a una silla, cayó en el interior de una pileta pelopincho. El chico ingresó al hospital trasladado por su madre en un vehículo particular.
Recomendaciones
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió una serie de recomendaciones para evitar ahogamientos este verano que se cobraron la vida de 476 personas en 2019, 64 de las cuales fueron niños menores de 5 años, según cifras del Ministerio de Salud. En línea con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la SAP aconseja instalar barreras para restringir el acceso a las masas de agua, cercado de piletas, atención especializada para aquellos que viven cerca de espejos del agua, enseñar a los niños en edad escolar a nadar y capacitar a las personas del entorno en técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP), entre otras medidas.
El ahogamiento es una de las principales causas de muerte relacionada con lesiones no intencionales en la infancia y la adolescencia, la OMS lo considera un problema de salud grave y desatendido con características de pandemia, ya que mueren en el mundo por esta causa, aproximadamente 236.000 personas por año.
Es fundamental que los adultos tomen medidas preventivas como la instalación de barreras de protección para evitar el acceso de los niños a los espacios de agua, la vigilancia permanente de al menos un adulto atento y comprometido, y la enseñanza del niño, de acuerdo a su edad y sus posibilidades de comprensión, sobre los riesgos y las precauciones que deben tomar, así la médica pediatra del Comité de Prevención de Lesiones de la SAP María Cecilia Rizzuti.
La vulnerabilidad de los niños es diferente según la edad: los menores de 1 año dependen de sus cuidadores y pueden ahogarse muy rápido en baldes, tachos, zanjas, acequias o pozos, mientras que los menores de cinco años se ahogan en piletas o espacios con agua en o cerca de sus domicilios, y los niños mayores o adolescentes tienen más probabilidades de ahogarse en masas de agua naturales como ríos, arroyos, mares y lagos. La supervisión de los niños pequeños en el agua debe ser cercana, constante, competente y atenta por un adulto responsable, afirmó Adela Armando, también miembro del Comité de Prevención de Lesiones de la SAP. En los adolescentes, la mayoría de los ahogamientos suceden por la combinación de exceso de confianza en las habilidades para nadar, una subestimación de situaciones peligrosas en o cerca del agua y el consumo de alcohol o drogas.
Con información de Aire de Santa Fe