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A 20 años de un femicidio en el centro de Santa Fe: el caso sigue impune

María Florencia Morello tenía 21 años, había dejado su Calchaquí natal para trabajar y estudiar en Santa Fe. La madrugada del 1 de octubre de 2005 alguien la interceptó en el ingreso de un edificio en el centro de la ciudad de Santa Fe cuando iba a trabajar. El atacante la golpeó y abusó sexualmente de ella y la asfixió; luego, la dejó malherida en el lugar y huyó. Florencia fue trasladada al hospital Cullen, donde falleció cinco días después.

La investigación anduvo sin rumbo durante mucho tiempo, hasta que en 2013 fue detenido un hombre, un personal policial en disponibilidad de 33 años, que había coincidido con Florencia cuando ambos trabajaban en la terminal de colectivos. El hombre fue indagado por el juez de instrucción Sergio Carraro y se realizó un análisis de ADN, pero el resultado fue negativo y la causa no prosperó.

A 20 años de la muerte de la joven, Hebe, su hermana, la recordó como «llena de vida»: «La recuerdo y la recordamos siempre en la familia como era ella, solidaria, llena de vida, siempre ayudando a los demás. Su carácter sensible y empático por quienes más lo necesitaban. Seguramente hoy estaría disfrutando de sus sobrinos avocada quizás en alguna tarea comunitaria trabajando y contagiando su alegría y compromiso. Así mismo la recordamos como lo fue en vida con luz, con fuerza y mucho amor».

¿Qué saben hoy del caso Florencia? ¿Cómo está la causa?

Lo que hoy sabemos es que la causa NO AVANZO, si bien hubo momentos de impuso y acercamiento, nunca se recopilaron datos certeros y firmes. Existió y se recopiló información muy escueta para ese momento, pericias, informes, entrevistas, datos que no llevaron a ningún rumbo fijo y seguro. La falta de testigos claros, y un mal manejo de información. Asimismo, se extrajeron pruebas genéticas tanto del cuerpo como de las prendas que utilizaba en el momento del ataque. Esas mismas hoy 20 años después se perdieron. Aun no entiendo cómo se puede extraviar una prueba fundamental para el caso. Este 6 de octubre al cumplir los 20 años es un caso impune según la ley penal. Y donde lo único que sumo fueron dudas y años.

Hebe, hermana de Florencia, con la remera de Ni Una Menos

Hebe, hermana de Florencia, con la remera de Ni Una Menos

¿Cómo fueron para ustedes como familia todos estos años?

Quiero aclarar que en ese momento era una niña, vivía con mis padres y mis hermanos. Veía a Flor cuando viajaba de visita a la ciudad y pasábamos momentos de juegos, canciones, arte, y risas. Así era ella, una joven con mucha vitalidad, enérgica, una artista en potencia. Pero también Fueron años de mucho dolor, de muchos cambios y sobre todo de aprendizajes. Es una cicatriz en el alma que se vuelve a abrir cada año con la injusticia que tenemos, la impunidad, el abandono. Aprendimos a no quedar con lo que paso, sino a mirar con lo que ella fue y sembrar momentos y recuerdos positivos en cada momento de la vida misma lograr resignificar el dolor en acción, en generar consciencia y sobre todo apuntar a la memoria, no olvidar.

¿Qué recordas de aquel día?

Tenía 8 años, estaba en casa jugando con mis hermanos y mi mama me mandó a hacer un mandado. En eso llega un móvil policial preguntando por ella, lo último que recuerdo es ver salir a mi madre con una evidente desesperación y angustia que nunca voy a olvidar. Desde ese momento del 1ero de octubre no volví a verla hasta los cinco días posteriores en el velatorio de mi hermana. Recuerdo que la ciudad se manifestó en las calles y tuvo una despedida multitudinaria. Crecí sabiendo de cerca lo que significa la violencia y lo que implica perder a un ser querido, de la forma más cruel e injusta. Esa infancia atravesada por el dolor me acompaño siempre y me llevo a transformar la ausencia de Flor en memoria, lucha y compromiso con la justicia.

¿Pensás que si lo que le hicieron a Florencia hubiera pasado en la actualidad se habría trabajado diferente?

Uno quiere creer que, con el paso del tiempo las modificaciones de la ley penal, los medios de comunicación, las redes sociales a la orden del día, los movimientos de mujeres feministas, los datos forenses, avances científicos tecnológicos y protocolos de investigación este caso no se habría tratado con tanta desidia como pasó en 2005. Lamentablemente, en su momento se cometieron errores irreparables.

La ciudad de Calchaquí reclamó justicia por Florencia

La ciudad de Calchaquí reclamó justicia por Florencia

Si pudieras decirle algo a los investigadores ¿Qué sería?

Les diría que no olviden que detrás de un expediente hay una persona, una vida y una familia destrozada. Que la falta de respuestas también es violencia. Y que todavía tienen una deuda con Flor y todos nosotros. Lo que le paso a ella nos muestra que nadie esta excento de esta realidad. Como sociedad necesitamos despertar y entender que la violencia mata, y nos puede pasar a todos. Debemos exigir herramientas justas y efectivas para saber dónde recurrir en estos casos y que se trabaje en sintonía. Solo así podemos construir un futuro más justo y seguro para todos.

¿Querés agregar algo más?

Como hermana siento que su legado siempre fue comunitario: pensar con empatía y ayudar a los demás. Lamentablemente en su momento nadie habló ni aportó lo necesario para que la investigación tomara otro rumbo. Hoy somos nosotros quienes necesitamos de ese compromiso social. En lo personal formo parte de un grupo de familiares de víctimas de femicidios de nuestra ciudad donde no solo nos entendemos en el dolor y acompañamos sino que intentamos resignificarlo y convertirlo en acción y cambio social, fuimos parte de charlas sobre la violencia en las escuelas, se realizaron marchas y actos conmemorativos en homenaje a todas las victimas por lo que ellas fueron EN VIDA. Con la invitación a que la sociedad no las olvide. Gracias a esta lucha se logró conmemorar un día alusivo en la localidad de Calchaquí por las víctimas de femicidios. Es nuestra mejor manera de mantener viva su memoria y transformar el dolor en consciencia colectiva.

Florencia fue atacada en el palier de un edificio ubicado en Irigoyen Freyre al 3000

Florencia fue atacada en el palier de un edificio ubicado en Irigoyen Freyre al 3000

María Florencia fue atacada salvajemente en el hall de un edificio de propiedad horizontal ubicado sobre Irigoyen Freyre al 3040, entre 4 de Enero y Avenida Urquiza, a metros de la escuela de comercio Domingo Guzmán Silva. Un joven que pasaba por el lugar la vio completamente ensangrentada y semidesvanecida, entonces denunció el suceso a la policía y, minutos después una ambulancia la trasladó al hospital Cullen, donde los médicos decidieron operarla de urgencia y para intentar salvarle la vida. Lo lograron y cuando finalizó la intervención quirúrgica fue derivada a la Unidad de Terapia Intensiva del efector, pero agonizó durante cinco días y falleció.

La joven vivía en el departamento de la ciudad junto a dos compañeras de trabajo; las tres chicas trabajaban en la terminal de ómnibus, Florencia era moza del bar Plataforma 24 horas. La investigación precisó que el policía arrestado también realizaba tareas en la terminal, por lo que es posible que la joven y el sospechoso se hubieran conocido.

Sin embargo, la falta de testigos del hecho complicó la recolección de información. En el 2012 un hombre se presentó ante el juez Carraro, y declaró que en el mes de octubre de 2005 había estado internado en el Hospital Cullen y que otro paciente, que estaba en la cama contigua, preguntaba, con particular insistencia, por el caso de Florencia. Desde entonces, se trabajó para poder localizar a esa persona, un policía en disponibilidad ya que estaba investigado por tentativa de homicidio respecto de su actual pareja.

El 16 de abril del 2013, ocho años después del asesinato de María Florencia Morello, detuvieron al presunto asesino. Joel Lemos tenía 33 años, y fue apresado por personal de la URI en la localidad de Helvecia como presunto el autor de la muerte de la joven.

El 9 de mayo del mismo año se confirmaron los resultados de los estudios comparativos de ADN, entre el patrón genético que se halló en el cuerpo de la joven y las muestras que se le tomaron a Lemos, y el resultado fue negativo. De esta manera, el suboficial policial oriundo de Helvecia, recuperó su libertad, bajo la figura de falta de mérito dictada por el juez de Instrucción penal Nº 6, Sergio Carraro.

Andrea Viñuela para Aire Digital