Dice que se fue del club con menos de lo que tenía cuando ingresó y que hace años que Colón «funciona con reloj de arena». Pide perdón y dice que él, como nadie, sabe «lo que es hacer bien y mal las cosas en el mundo Colón».
«Me fui de Colón con menos de lo que tenía cuando ingresé al club en el 2006. Perdí un auto porque lo puse como garantía por el club y vivo en el mismo lugar de siempre. No sé si otros ex dirigentes pueden decir lo mismo y hablar con la tranquilidad con la que yo hablo». Germán Lerche está absuelto por la justicia y hay un «run run» que gira alrededor de su figura. ¿Es cierto que quiere volver a Colón? Hoy, su condición no se lo permitiría. Para el club, ha sido expulsado, pero hay dos elementos a su favor: 1) la justicia determinó su inocencia y, 2) al decir de un socio que la solicitó y mantuvo una reunión con actuales abogados del club, no existe la documentación que refleje la legitimidad estatutaria de aquella decisión de expulsarlo de los registros societarios. Mientras tanto, Lerche sale a la opinión pública a decir lo suyo:
– 1) ¿Quiere ser presidente? «La cuestión no es si vuelve Lerche o no. El tema es si Colón vuelve al lugar que se merece y que en aquel tiempo, en mi tiempo, lo pusimos. La institución es más que el último gol. Yo digo que vamos a construir una identidad sabalera, una forma de pensar y de actuar y vamos a sumar simpatizantes a esa idea en base a la cultura de lo popular. Preservar la identidad de lo que fue esa construcción conjunta e histórica. Tenemos la obligación de mantenerla viva y aggiornada a los tiempos. Hay una frase muy linda que la estoy usando mucho. Y es la que dice que hay que ‘volver a ser». Hemos perdido, no un partido, un campeonato o una categoría, sino que hemos perdido la identidad y la presencia fuerte desde el interior. Y el que comete actos de violencia, no entra más. La violencia es incompatible con la alegría. No es un tema de nombres, es un tema de modelo de club y de gestionar esa idea. Los que quieren seguir así, pues bien, que lo hagan. Muchos otros piensan en otro modelo de club, el que fue, y quieren que vuelva a ser y me hacen saber que yo soy la herramienta para ese objetivo».
– 2) * Su modelo de club: «Tenemos una enorme responsabilidad con la educación para los próximos años. El fútbol, el club, debe ser una herramienta para ello y el Estado debe acompañarnos en el desafío de formar personas desde el fútbol. Los procesos en el fútbol, que buscan la inmediatez, puede que generen alegrías efímeras, pero son fracasos al largo tiempo y eso se traduce en traer 15 refuerzos para un torneo corto. Hay que traer los justos y necesarios, encuadrados en un proyecto deportivo que tiene a su aspecto formativo como lo importante, tal como lo proyectamos en mi gestión. Debemos comprender que Colón es un club con una composición social y cultural en el que se cobijan las desigualdades. Esa es la razón de que sea un club con muchos hinchas. El desafío no es ignorar y patear afuera de la cancha a los muchos que no tienen, sino, abrazarlos e incluirlos. Vamos a buscar hasta el último sabalero. El que tenga recursos los aportará, el que más tenga aportará más e intentaremos que lo haga con alegría y compromiso para con los que no tienen. Los que no tienen recursos los incluiremos, serán parte. Y así, incluyendo a todos, demostraremos lo grande que somos. Me entusiasma ser la herramienta de los sueños de toda una nueva generación que quiere involucrarse en los destinos del club».
– 3) El presente de Colón: «Este proceso está terminado. No me refiero solo por lo deportivo, por los malos resultados del equipo. Pasa que no se ve el sol después de la tormenta. No hay una sola idea que convoque a ver con esperanza el futuro. Hace años que Colón funciona con reloj de arena. Los ‘salvadores’ borraron a Colón del mapa. El presente de Colón angustia por la impotencia que genera toda esa falta de ideas e iniciativas».
– 4) ¿Cómo se siente interiormente?: «Hay personas en Colón que utilizaron el club para hacer el mal y terminaron haciéndoselo al club. Los mismos que me proscribieron, fueron los que borraron a Colón del mapa del fútbol argentino. La comisión que armaron para la maniobra de mi proscripción, la integraron tres opositores y guionistas de algunos periodistas deportivos. Intentaron, con esa alquimia, lo que no pudieron lograr nunca con el voto de los socios».
– 5) Su opinión sobre el actual plantel: «El club está tomado por algunos jugadores. A las 24 horas de haber echado al anterior entrenador, un referente del equipo declaró que se notaban cambios. ¡Toman por boludos a los hinchas! Eso es posible cuando no hay dirigentes. ¡Conmigo no! Que hagan menos declaraciones y más entrenamiento. Hasta donde yo sé, no hay cláusula contractual que indique que deben vender humo. Que el capitán del equipo estuviera discutiendo con el funcionario público encargado de la seguridad el día del partido con Mitre, es la imagen de la desidia total. ¡A mí, ni en pedo me pasa eso! Por la leve sanción recibida, hay que dar gracias al árbitro y sus asistentes, porque hicieron todo lo que había que hacer para que el partido concluyera. El operativo, una vez más, fue lamentable. Disuadieron con agua, con un frío de morirse. Linda manera de disuadir… Entraron a la tribuna con balas de goma como si estuvieran mirando al cielo en Medio Oriente».
– 6) El perfil de dirigente que, a su entender, se necesita: «En el contexto actual del fútbol argentino y de elementos o prácticas que rodean al fútbol y sus futbolistas, hay que tener directivos fuertes, de sólidas convicciones, como se dice en la calle, con muchos ‘huevos’ para defender los intereses del club. Si no vamos en búsqueda de eso, las apuestas deportivas van a robar la pasión por el club, por los colores».
– 7) Su autocrítica y sus errores: «Hay gente aun enojada, con dudas y puteando… Se entiende, les pido perdón y paciencia. Si hubiese querido que eso no pasara, tendría que haber procurado ser un 9 goleador y retirarme con el último grito de gol. Ser dirigente deportivo es la tarea más ingrata en el fútbol, sos eje de las críticas, si quisiera otro destino debería convocar solo a los fieles que me quieren, construir un templo donde ingresen solo mis aplaudidores. Gestionar un club es gestionar el humor social. Por eso, no siento que la gente esté enojada hoy con Germán Lerche, la gente aquella vez se hartó y fue a reclamar y a pedir la normalización del club de sus amores. Fue su reacción y yo lo entiendo a eso, me hubiera gustado hablar con la gente que se manifestó en aquel momento y explicarle sin pelos en la lengua lo que estaba pasando. Ese fue un grave error mío, en un momento delicado de mi salud. Tendría que haber parado la pelota, hacer una asamblea y mostrarle a los socios las dificultades económicas, políticas, sociales y deportivas e invitarlos a sumar esfuerzos. Mucho de todo lo malo que pasó fue ejecutado, premeditado y fogoneado por gente del mismo club, generaron el caos para que luego los señalen, a ellos, como los salvadores».
– 8) Las declaraciones del Bichi Fuertes: «El Bichi dijo que el único que puede salvar a Colón es Vignatti, o algo así. Lo de Fuertes no lo ví, al que me lo contó le dije lo mismo que ahora voy a decir públicamente: El Bichi es el Síndrome de Estocolmo… Es un amigo y lo hablaré con él» (N. de la R: Síndrome de Estocolmo es una reacción sicológica por la que una persona desarrolla sentimientos de lealtad hacia su captor o abusador).
– 9) Su opinión de la Justicia: «Cuando la Justicia te condena, funciona; y cuando te absuelve, no».

– 10) Horacio Darrás: «No se portó bien conmigo, pero no junto rencores, empatizo con Darrás por lo que le hicieron. Lo sacaron esposado desde su casa, lo conozco de toda la vida, es una persona de bien, de eso no tengo dudas. Sus ex amigos, directivos con él, se lavaron las manos como Poncio Pilatos, tirándole sobre su cabeza una responsabilidad penal que le cabía a otros más que a él. Somos vecinos, no nos saludamos, pero la verdad debe estar por encima de todo».
– 11) * La forma en que recibió el club: «Cuando llegamos a Colón, en el 2006, además de que no había plata, además de que habían dejado a Colón ‘colgado’ de la luz, sin agua caliente y sin picaportes en las puertas, la realidad es que encontramos un club devastado por donde se lo mire. La primera vez que fuimos a ver bien el predio, a ver qué íbamos a proyectar ahí, parecía el desierto del Sahara. ¡Era más fácil hacer médanos que canchas de fútbol! Recuerden también la situación que dejaron con la Afip, la obligación que sentimos en ese momento de tener que utilizar la herramienta de la convocatoria de acreedores para salvar al club del remate. Y si para muestra vale un botón, lo que hicieron con el Cata Díaz, que lo compraron, lo vendieron y nunca lo pagaron».
– 12) La forma en que dejó el club: «Los activos de un club no son sus máquinas, herramientas, el hierro de los arcos, su cortadora de pasto o las luces del estadio. Son sus jugadores. Y a ese activo hay que generarlo, mantenerlo y acrecentarlo. Yo no me fui al descenso como otros. Pasábamos un mal trance económico, es cierto, pero teníamos un capital de jugadores que quienes nos sucedieron pudieron venderlo y realizarlo, a diferencia de ahora, que se fueron al descenso, entregaron el club a la nueva comisión directiva y cuando mirabas adentro del vestuario no había jugadores y la pensión estaba cerrada. Y deudas. En Colón tuvimos tres gestiones muy buenas y por lo que nos pasó los últimos meses, desapareció todo. El fútbol argentino es así. En ese tiempo, posicionamos a Colón entre las mejores instituciones del país en infraestructura, con el estadio, la pensión, el hotel de campo y el predio. También con política deportiva, con sus programas formativos e inclusivos de casi 50 clubes filiales en marco del programa «Crecer juntos» y las escuelitas, en cada espacio verde del barrio que podíamos, con el programa «Colon en tu barrio». Pero, además, con nuestro primer equipo entre los primeros de una liga de 20 equipos y no de 30 o de 28, esa misma liga donde descendieron River, Central, Independiente, Huracán… Todo eso necesitábamos contarlo, mostrarlo, y lo hicimos trayendo a la Selección Argentina, a Diego Maradona, a Julio Grondona y ser sede de Copa América con la Selección y Leo Messi. Es cierto que el club no estaba bien cuando me fui, pero tenían un capital de jugadores que la anterior comisión no le dejó a la actual. Estaban Conti, Alario, Castillo, Mugni, Luque, Graciani, Meli, todos chicos del club que fueron transferidos. Y otros que estaban saliendo y se formaron en nuestra gestión. ¿Qué dejó el anterior gobierno, además de un caos económico y al club en la B?».
– 13) Sus sentimientos más íntimos: «Nadie sabe mejor que yo lo que es hacer bien y mal las cosas en Colón. De hecho, lo sufrí por años en todo este tiempo… Hasta que empezaron amigos y pibes, socios e hinchas del club, a valorar muchas de las cosas que habíamos hecho. Pero he vivido en carne propia lo que es hacer bien y mal las cosas en el mundo Colón… Por las cosas que hice mal o no me salieron, pido perdón… Solo digo que, en mi gestión, Colón estuvo entre los mejores de Primera División, pero hoy está entre los peores de la B».
– 14) * El Pulga Rodríguez: «El Pulga es un jugador que, con su técnica, disimula la edad. Es un distinto y simpatizo con su personalidad».
– 15) * Vignatti y los ex dirigentes. «En tiempos de innovación, desde hace tiempo los que conducen a Colón parece que no bajaron de las carabelas… Hay ex dirigentes que son peores que los que tiran piedras, violentos de escritorios e impulsores del mal. Y repito: no sé si pueden hablar desde la tranquilidad que yo hablo».
– 16) * Julio Grondona: «Fue el mejor dirigente del fútbol argentino por lejos, manejaba la Conmebol, gobernaba las finanzas de la Fifa. Tengo la responsabilidad moral de llevar adelante su legado desde el lugar en el que el fútbol me ponga. Tuvo gestos para Colón y el fútbol de Santa Fe que no tuvo para otros lados. Vino tres veces a Santa Fe. No solo no me soltó la mano, como algunos creen, sino que tuvo gestos de solidaridad y compromiso para conmigo, para la gestión y para Colón. Mantengo una muy buena relación con los familiares de Julio Grondona y les he manifestado la intención de armar una fundación que sea ámbito de encuentro de dirigentes que se reúnan para discutir los temas del fútbol sin la urgencia del arco todos los fines de semana. El estaba muy entusiasmado con un proyecto mío de crear la Universidad del Fútbol Argentino. Iba a ser en Santa Fe. Le encantó la idea cuando se la llevé».
Por Enrique Cruz / gentileza El Litoral